Con las uñas largas, maquillada, con el cansancio que se abulta bajo los ojos, por madrugadas de lectura, por la capacidad de dejar todo listo para el pequeño Iker, la Dra. Yaima siente que ser mujer y hacer ciencia en Cuba es una realidad que agradece a la Revolución. Por: Claudia Díaz Pérez