Hace 13 años, Francisco Sollet Duany llegó a Venezuela, por primera vez, para rehabilitar pacientes del estado Miranda. Luego, la vida y el deber lo llevaron hasta el Delta Amacuro, donde al trabajo se sumaron el gran Río Orinoco, sus caños y una cultura aborigen como gigantescos obstáculos entre la Misión Médica Cubana y la salud de Venezuela.