Silencio, dolor y sentidas palabras, inició Fidel el sepelio a las víctimas del crimen de Barbados, perpetrado días antes y que cegó la vida a 73 personas. 24 de esas víctimas eran deportistas, miembros del equipo nacional de esgrima, que regresaban a la patria victoriosos, luego de participar en el CUARTO Campeonato Centroamericano de Esgrima y llevarse la medalla de oro por equipos. 24 campeones a quienes el odio le frustró sus sueños y esperanzas de manera abrupta por un acto de crueldad sin sentido.