Al joven Adriel Sánchez Romero le asustan las cámaras y las grabadoras. Por suerte, Adriel no es periodista, sino rehabilitador, y actúa con soltura ante cada paciente que llega a sus manos, en el Centro de Diagnóstico Integral “Jacinto Convit”, de Carayaca, en el estado venezolano de La Guaira.